10 | 07 | 2019

El número de consumidores que optan por el alquiler de casas o apartamentos durante sus vacaciones ha aumentado durante estos últimos años y con esta tendencia ha aumentado también el número de fraudes asociados a este tipo de alquiler vacacional.

Estas casas o apartamentos se suelen ofertar y reservar online mediante plataformas legales y fiables que ponen en contacto propietario e inquilino a través de anuncios en los que se pueden ver fotografías, la descripción, el precio y las opiniones sobre la vivienda anunciada. Además, el pago se hace desde la propia plataforma que facilita un método propio que asegura los derechos de las personas consumidoras, con ciertas condiciones, en caso de fraude.

En estas plataformas y entre sus anuncios se esconden ofertas que intentan generar confianza buscando llamar la atención y generar interés en las personas consumidoras que finalmente acaban siendo fraudes, ya que, cuando ya hemos pagado desaparece el anunciante y / o el inmueble no existe.

Para detectar estos últimos casos, se recomienda dudar de la oferta cuando nos encontramos ciertas situaciones:

  1. Relación calidad precio: hay que desconfiar de las ofertas en que el precio de la noche es muy bajo comparativamente con otros establecimientos de la zona o en las que el precio relacionado con las instalaciones ofertadas no concuerda. La intención es llamar la atención para que la persona consumidora vea que una oferta tan buena no se puede dejar escapar y no se lo piense antes de reservar.
  2. Descripción pobre: ​​si la descripción es pobre, tiene faltas de ortografía, parece una traducción o las fotografías que aparecen no estan relacionadas hay que verlo como un indicio de fraude. Igualmente, si pasa lo mismo con las comunicaciones con el anunciante. Un propietario real suele tener cuidado de la imagen que se proyecta, cuida su anuncio, con el fin de atraer y generar seguridad en la persona consumidora. En los fraudes, el anunciante tiene prisa para que se haga la reserva, hace lo mínimo y no responde las dudas que no le interesan, simplemente hace ver que la oferta es una ganga.
  3. Rarezas: todo lo que sale de una reserva normal mediante la plataforma es sospechoso, es decir, si el anunciante está fuera del país, nos dan un correo electrónico externo, nos quieren hacer pagar de antemano o enviar dinero por otros métodos que no sean la plataforma, mejor descartarlo pues no suele ser seguro.
  4. Anunciante y anunciado: se tiene que comprobar la identidad del anunciante y la existencia del inmueble anunciado. La mejor manera es ver los comentarios y opiniones que otros usuarios hayan podido dejar y mirar si los perfiles de estos usuarios han dejar alguno más para comprobar que son reales. En cuando al inmueble podremos buscarlo por algún servicio de mapas y mirar si existe la dirección, en donde nos ha indicado el anunciante y, incluso, si las fotografías del exterior coinciden con la realidad.
  5. Pagos externos: las reservas y pagos de los anuncios de las plataformas se hacen mediante los métodos propios de estas plataformas así que no se debe aceptar ningún método de pago fuera de estas plataformas y mucho menos si es el envío de dinero al extranjero, como ocurre habitualmente.

Si nos encontramos ante un fraude lo primero que tendremos que hacer es denunciar el anuncio en la plataforma que tiene sus propios mecanismos de revisión con el fin de eliminarlo si es necesario. Si el momento cuando nos damos cuenta es posterior a la reserva y ya hemos pagado alguna cantidad, aparte de la reclamación a la plataforma, tendremos que hacer una denuncia ante los Mossos o autoridades competentes, ya que estaríamos ante un delito. Además, si hemos pagado mediante tarjeta de crédito podremos acudir con esta denuncia ante nuestra entidad bancaria para intentar que nos devuelvan las cantidades pagadas.

En definitiva, se debe tener sentido común y dudar de las gangas teniendo en cuenta el principio del mundo del consumo que dice: lo barato siempre acaba saliendo caro.