07 | 03 | 2019

Mañana 8 de marzo, día de la Mujer, hay convocada huelga de consumo.

Lo que se pretende es hacer visible la crítica al modelo de producción y distribución del mercado actual que provoca grandes impactos negativos tanto ambientales como sociales. Este modelo esconde detrás la mercantilización de la vida, la explotación de los recursos y de las personas que participan y la ocultación de algunos trabajos, como las tareas del hogar, que no dejan de ser trabajo; hechos que pueden ser considerados como violencia social dentro de un espacio que fundamentalmente ocupan las mujeres.

Paremos de consumir, dejemos este modelo por un día, reflexionemos si queremos seguir así. Y si no podemos parar del todo, al menos deberíamos no consumir los frutos de esta violencia: las fresas que recogen las temporeras marroquíes de Huelva, las prendas manufacturadas por las mujeres de Bangladesh ...

Además, parar es la manera de hacernos conscientes de lo que realmente necesitamos y/o queremos ya que partimos de un modelo que sólo nos facilita el acceso a lo que le beneficia. Por un lado, deja de lado los sectores más precarizados de la sociedad que por culpa de la feminización de la pobreza, los forman en su gran mayoría mujeres. Y por el otro, nos marca, sobre todo en las mujeres, los defectos partiendo de los estereotipos y roles de género que el mismo modelo ha creado y nos exige el consumo de la solución para ser aceptadas creándonos la sensación de satisfacción si somos y nos comportamos como se nos indica.

En definitiva, por un día, dejemos de comprar lo innecesario, de consumir en exceso, de derrochar alimentos, de utilizar los vehículos privados, de adquirir productos fabricados por la industria explotadora, de comprar productos a los que se aplica la tasa rosa o sobreenvasados... Las pequeñas acciones son un punto de partida del cambio de pensamiento que tenemos que hacer como sociedad hacia una forma de consumir reflexiva, consciente y con sentido común.

Por todo ello, paramos también el consumo el 8 de marzo. Porque tenemos que caminar hacia otra dirección en cuanto a la organización de las relaciones de consumo.